Cindy controla todos los elementos de su obra. Ella es la maquilladora,
la estilista, la directora de arte, la fotógrafa… Aunque sus fotografías
no lo demuestren, es una persona vergonzosa. Le es imposible estar
disfrazada y tener a una persona ajena observandola. Sensación rara
cuando luego tienes a millones de mirones sobre tus fotografías. Sherman
huye del concepto y de la palabrería del arte moderno. Es una mujer
adulta que nunca ha dejado de jugar como una niña.
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